20100518

AMO DE CASA DESESPERADO

Y que se yo, esas cosas pasan.
Estaba por quedarme dormido, muy campante yo después de una sesión larga, muy larga de “Desperate Housewives” cuando miré el reloj y vi que eran las cuatro de la mañana. Apague la compu, me di vuelta después de acomodar mi bolsita, y apagué la luz. Casi no tenía ni un solo pensamiento en la mente. Estaba vacía, casi como de costumbre (porque cuando la tengo llena es de diálogos pavotes y sin sentidos que tiene los treinta y seis duendes que habitan en ella y que cuando hablan al unísono se arma flor de quilombo esquizofrénico, pero ese es otro cuento, harina de otro costal, duende de otro jardín…en fin..Silencio!), solo que ahora era de madrugada.

De repente (Suddenly.(uno de los duendes me repite en inglés todo lo que dice otro en castellano) ja! Bancatelo al yanqui!. En fin, siento un golpeteo en la pared. Se me mueve la cama? Me pregunto. Estoy ante la presencia de una réplica que se siente en Palermo, cuarto piso ascensor? No. Mi cama no tiene espaldar. Otro golpeteo. Eran golpecitos continuos y paraban. Un tacatacatacatacatacatacataca-stop. Otro tacatacatacatacatacatacataca-stop. Alguien esta usando su viejo telégrafo? Me pregunto boludamente. No. Otra vez el tacatacatacatacatacatacataca-stop.

Abro un ojo en medio de la oscuridad. Está medio negro. Acomodo un poco la almohada bajo mis brazos, acomodo mi cabeza y la pongo en otra posición para ver si puedo dormir un poco más… tacatacatacatacatacatacataca-stop.tacatacatacatacata-stop.
Puta madre!

Abro los dos ojos, (porque pensé: a lo mejor justo abrí el ojo con el que no visualizo al pájaro carpintero que está ahuecándome el placard) Todo estaba más negro aún. Vuelvo a girar la cabeza, acomodo el perfil, me rasco la nariz, me acomodo los huevos y cierro los ojos. La mente entraba en transe. Se vaciaba. Los enanos adentro parecían estar cansados de tanto parloteo del día y habían decidido dormirse. Apenas una lucecita bri...
tacatacatacatacatacatacataca-stop. tacatacatacatacatacatacataca-stop
tacatacatacatacatacatacataca-stop. tacatacatacatacatacatacataca-stop.
tacatacatacatacatacatacataca-stop. tacatacatacatacatacatacataca-stop.
tacatacatacatacatacatacataca-stop. tacatacatacatacatacatacataca-stop. En el medio del carpinterismo nocturno abrolosojosmedoymediavueltamirohaciaeltechomientrasmis oídosdistinguenqueel tacatacatacatacatacatacataca-stopvienedelpisodearriba y ahí me doy cuenta. Mi vecino del quinto está cogiendo otra vez!!!! Es la cuarta-vez-en-el-fin-de-semana que no es fin de semana largoooooooo!.

Se escuchan los talones descalzos en dirección al baño. El desagüe del inodoro. Talones que vuelven del baño hacia el lado derecho de la cama. Instantáneamente miro hacia mi derecha. (No boludo, es arriba que caminan. Con vos acá no hay nadie).
Sigo mirando el techo. Se profundiza el silencio. Puedo jurar que solo oí un par de pies en dirección al baño. A ella no la escuché ni gemir ni levantarse. ¿Queda tan exhausta que no le dan las piernas para levantarse? ¿O no se higieniza esa chica? ¿Existirá esa chica o estará el solo refregándose con total frenesí contra el colchón en la soledad de su cuarto?

Bueno sea como sea, el acabó. Y yo? Yo me doy media vuelta y abrazo la almohada. De dormir ni hablar, primero tengo que hacer callar a estos duendes hijos de putas que se despertaron!

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