20080107

2008

Me ausente unos cuantos meses. Anduve buceando por ahí…Si! Por ahí adentro, en lugares a los que uno muchas veces escapa. A veces me hice el pelotudo (big balls!) y mire hacia el costado, ahora trato de mirar/me un poco mas de frente, con el temor, o la ansiedad lógica de cada situación, pero al menos no solo miro, sino que veo y siento. Sentir era algo que me tenia vedado, por decisión propia, por circunstancias dadas y aunque a veces la armadura es impenetrable, todavía hay personas que pueden atravesarla. En ese estado primitivo en el que a veces te pone el sentimiento, viajé; el traspié, la desilusión o las ganas de reforzar la armadura se hacen presentes, pero quien aprendió a caminar de golpe…sin golpes, ni moretones?
Hace poco usé la palabra despojo. Me gustó usarla, me está gustando aprender a practicarla.
El torbellino (avalancha) de sensaciones que se me anclaron en el medio del pecho en el comienzo del año fueron tantas que es difícil ponerlas en palabras. Pasado y presente juntos convergiendo en un futuro incierto, temido, querido, pero que sería como tomarlo prestado de una quimera. Un beso que no hurté porque hubiera sido un robo. Una caricia que no me dejaron contemplar, un pensamiento que no supe donde volaba, y talvez nunca lo sepa. Durante el silencio prematuro, mil preguntas, millón de respuestas…adivinanzas.
Lo realmente rescatable de toda esta experiencia es que he vuelto a vivir algo que hace mucho no vivia: SENTIR!

A REMAR MARINEROS


Cielo azul, mar, libertad. Libertad de volver a sentir el aire fresco, la inmensidad de la naturaleza y la posibilidad de ser humanamente natural, humanamente inmenso y a la vez tan pequeño delante de tremendo monstruo profundo, pensativo. Si volar fuera una cualidad del hombre andaría por los aires, me posaría en cualquier ventana y silbaría una canción, pero la mejor cualidad que tenemos es la de ser libres en la medida que cada uno se lo proponga y pueda llevarlo a cabo. El buen puerto está donde nosotros queramos que esté. Si aun no encontraste tu puerto donde echar amarras, es probable que aun no te haya llegado la hora de anclar…y la desesperación definitivamente no es el muelle, por lo tanto a remar marineros! Que cuando menos lo pienses la otra orilla se dejará ver después de la tiniebla.