20060315

Noviembre espera...

General de generales, hay un día de esos que necesita ser marcado de colorado en el mapa del paso del tiempo, pero que por favor nunca caiga domingo...Mas precisamente el general terracota necesita alguien que lo levante del ensueño de pensarse siempre adormecido, distraído por alguna batalla a la que no se dejó ir, o en la que de antemano, enarbolando la banderita blanca, se dejó vencer. Se rindió.
Hace tiempo que no hay un triste ni nublado día domingo para este soldado que sigue dando batalla a la sonrisa de sentirse un privilegiado en este mundo donde encontrarse a la vuelta de la esquina es más difícil que llegar con un frustración en el bolsillo al fin de la jornada.. Una mirada que va, otra que viene para perderse en otros ojos, una sonrisa lenta o una hincada de dientes a la persona equivocada, pero el tipo sigue...sigue...sigue. Desde aquellas calles sin fin del barrio redondo hasta éstas, no menos transitadas y un poco mas crueles por el correr de los años, que de alguna manera han dejado huella en los adoquines que se convirtieron en asfalto, el pibe avanza...recto...derecho...prolijo...
A veces se pregunta porque no torcer la cuerda o dar un pequeño puntapié al tablero, pero ya no puede...tal vez ni quiera. Noviembre fue una fecha siempre precisa en el tercer decanato del calendario para inaugurar ese día. ¿Qué prócer tiene Noviembre a estas alturas? Ninguno.
Numerológicamente el general no tiene escapatoria y ya ha transitado todas sus vidas. Esta es la última que le queda por andar y necesita dejar huella. Sabe que ya marcó con su decir a mas de uno que atentamente lo ha querido escuchar, pero también sabe que ha perdido mas de un nombre y mas de un hombre en el camino. Solo una batalla que parece eterna sigue librando: consigo mismo. Talvez no quiera vencerse o rendirse porque el día que lo haga se acabará el camino...Las excusas sobran, la nostalgia domina y el pasado lo enfrenta cada mañana con su propio presente y un próximo futuro. Pero lo importante es seguir, buscando, peleando, pateando madrugadas, pavimentando pasados y con la seguridad que en esa esquina, en aquella cuadra, debajo de aquel adoquín o en la incansable espera diaria del subterráneo encontrará a aquel ser que no lo deje partir solo...Digo partir, porque cuando ese ser sea encontrado, no quedará mucho mas por recorrer.
Entonces será éste el que tome la posta para pedirle al calendario un “Prócer para Noviembre”.

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